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El 'Negro'

Crónica de una amenaza

Cuando regresó a Medellín, aún zumbaban en sus oídos los motores de las lanchas con las que surcó los ríos del Chocó...

...su presencia en la ciudad pasó dos años más de agache, hasta que se decidió recorrer los pasillos de la Universidad para reconciliarse con su pasado...

“...Negro, pensé que te habían matado o que habías terminado en un frente guerrillero..."

...Gustavo Marulanda, Eder Navarro, Huber García, Jorge Correa, Jorge Maldonado, Carmiña Zapata, Carlos Oliveros...

 “...se uniforman para la guerra, o se mueren de civil…”

“...con nuestros mejores deseos para la UdeA, Autodefensas de la Universidad de Antioquia..."

Mamerto

...el sábado 9 de agosto de 1999, dos hombres en motocicleta lo interceptaron en la salida de la universidad y le quitaron la vida a balazo...

... eliminar cualquier tipo de expresión de inconformismo dentro de la Universidad...

...decidió su huida hacia Quibdó, donde se refugiaría por un año...

...noticias de la radio daban cuenta de cómo los universitarios se convertían en una de las poblaciones más amenazadas y asesinadas...

“...el haber roto por completo el vínculo con mi pasado, me convirtió poco a poco en un alcohólico con delirios paranoides...”

"...tenía compañeros muertos..."

Paranoico

Desterrado

"...otros encarcelados..."

"...otros desaparecidos..."

"...es como si..."

"...hubiera..."

Carlos Oliveros estaba a días de graduarse de médico cuando vio su nombre junto al de otros lideres estudiantiles en un panfleto de las Autodefensas de la UdeA, en junio de 1999.

Semanas después, el asesinato de Gustavo Marulanda despejo toda duda: él podría ser el siguiente.

​Desde entonces, su vida tomó caminos donde el miedo siempre estuvo presente.

"Huevón, es que vos tenías los cuatro males: costeño, negro, pobre y rebelde".

“...Y entonces, nos cayó la IV Brigada”.

Capítulo 1

Capítulo 2

Capítulo 3

El asesinato de Alba Luz Restrepo

La huida a las entrañas de la selva del Darién con un maletín de primeros auxilios

Capítulo 4

Capítulo 5

Hace ya muchos años un tocayo llegó a mi consultorio para una revisión médica. Nos saludamos con cierta efusión por la coincidencia que nos unía y quizá por eso me convertí luego en su médico.

 

Varias citas después supe que había sido estudiante de derecho en la Universidad de Antioquia en los años 80, una especie de líder, y, por supuesto, le pregunté cómo vivió esa época tan cruda en la cual mataron a manojos a estudiantes y profesores, años de procesiones tristes en las cuales cualquier expresión de izquierda era vista como una amenaza.

 

Él puso la voz como para querer sorprenderme, me miró con picardía y me contó que el único gran susto de su vida había ocurrido en 1999, cuando su nombre apareció en una lista de estudiantes amenazados por el paramilitarismo, acusado de ser un mal estudiante, cuando él llevaba diez años graduado.

Pero esto no fue lo más sorprendente.

 

Le dije animado: “¡Cómo va a ser!”. Y me dijo: “Sí, hermano, y ¿sabe que me tocó hacer? Me tocó pedir cita con Castaño y preguntarle por qué me había amenazado”.  Yo lo escuchaba atónito.

 

Continuó diciendo que, en efecto, Castaño le concedió un encuentro, sabe Dios dónde, y le contó su preocupación. Mi tocayo me narró que Castaño le respondió que debía ser una equivocación: “Voy a llamar a los muchachos para que te borren de la lista”.

 

La anécdota era divertida y mi tocayo y yo nos reímos. Decidí ser prudente y no hablar sobre mi pasado que había aprendido a dejar en la sombra.

 

No sé si el cuento habría sido verdad, pero esto también muestra hasta qué punto una amenaza puede cambiarle la vida a alguien.

 

Epilogo:

 Cómo una amenaza

puede cambiarle la vida a alguien.

"...merecido morir con la época...".

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